¿Es una blasfemia sonreír en un país de sombras? Ese reino parecía lejano incluso para ti, princesa.
Siéntate un momento, estamos un tanto agitados.
¿asolados?,
desolados,
alados dos, pero como desplumados hados de harina
débiles aleteamos, aletargados...¿me sigues?
Debo cortarte, una razón me llevará más lejos que todos tus sueños,
rellenaré tu no corazón con razón, tazón de sentimientos sentados a mi lado.
Tu halo me grita que te corte y deseo cortarte, alejarte y atarte.
La metáfora de metal me taladra con ladridos...son tan fuertes y verticales.
Te hice sentir querida pero sentir es como mentir y querer es perder el hilo de la sensatez,
tez...ninguna me atrajo como la tuya, tú ya sientes algo extraño, un sentimiento huraño.
Estaba a punto de mirarte, pero el punto fue seguido por otro y por otro, y entre puntos
suspensivos sus pensativos tíos vivos de ideas e ideales danzaban, andaban al ritmo de
la música, estoy cómodo en tus ojos trágicos, mágicos y cosidos con hilos lo suficientemente
dorados como para pertenecer a un ser alado.
Por ti, querida, he matado lo que perseguía, mi guía, iría a través esta vez, me has decepcionado
y ni siquiera lo has visto, insto e insisto, todos toleran lo que eran mis deseos de ser.
Pero tú...
......tú.......
..tú....
.tú...
tú....
ú.....t
¿Dejarás que te quiera lo suficiente? miente.
¿Verás lo envenenada que estás? detente.
¿Me mostrarás lo que no quiero ver? Siente.
Tus alas raquíticas me gritan que te corte, la corte clama que lo haga,
vaga mi mano juega con el cuchillo, yo chillo, hoja afilada, afiliada a mi deseo.
Mis oídos me gritan que queme el mundo, hundo mis manos en tu seno, no sé
por qué a tu halo desobedezco, crezco en mi nueva mentalidad, tal habilidad de
rebeldía revela mi agonía serena, ser enamorado...un ser enamorado ¿por eso
hago caso omiso de tus raquíticas alas? a las que debería...haría caso.
No sé por qué no oigo a mi oído, odio el principio, príncipe de estirpes torpes, pesan
y no piensan, santos de musicalidad dormida, doradas de midas son sus hijas, jamás...más...jamás dije, sí...mas aquí estoy ahora, ahorrando, ahora ando entre doctrinas insibilinas.
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Yo soy el creador del principio, todo lo que ves es mi obra, tiembla en mi mano y desea mi muerte, pues mi mano puede darlo y quitarlo todo y mi muerte es lo único que no puedes concebir, con el herir rio, ríos de oscuros susurros, horrores...
Necesito llorar,llenar mi espacio con lágrimas, gramos de monstruos rudos, rutina que quiero adoptar contra mi pecho, a lo hecho por derecho, esperaré a que la puerta esté cerrara para disolverme, y así el sol al verme me vertirá, y así se divertirá, tirará de razones que hace eones necesitan sentarse en mi cuello y ahogar gargantas, tantas como pueda...ayúdame, ayúdame, ayúdame, dame, dame, dámelo, admítelo...devora ahora mi vitelo, te lo...suplico.
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